Guía para escribir un relato de terror

Se acerca el día 1 de noviembre, día de Todos los Santos, la Noche de los muertos, Halloween, por eso nos ponemos en situación y os comentamos nuestra Guía de oro para escribir un relato de terror.

El terror es una emoción que experimentamos cuando nos sentimos amenazados por un peligro que desafía nuestra propia integridad. Este es el sentimiento que intentaremos causar en los lectores que lean un relato de nuestra puño y letra. Una emoción que se adentre dentro de ellos, los persiga y no los abandone ni durmiendo.

Argumento sólido, personajes bien caracterizados, un escenario creíble y una dosis indispensable de intriga, estos son las herramientas para construir una convincente historia de terror. Pero, ¿cómo utilizar estas herramientas para lo que queremos crear?
El terror en lo cotidiano. Para generar una mayor sensación de miedo es mejor emplear elementos próximos, cotidianos, así el lector reconocerá con mayor facilidad la situación, le parecerá más familiar, más próxima ¿Qué pasaría si aparece una mancha extraña en una pared de nuestro piso? ¿Y si esa mancha tiene vida propia? ¿Y si al tocarla…?
Utilizar un narrador protagonista, en primera persona. Así el lector irá percibiendo los hechos directamente, experimentará lo mismo que el personaje…, su angustia, sus nervios, irán creciendo al lado de los del personaje.
Un final abierto, manteniendo el miedo una vez terminada la lectura, para que su fuerza siga acechando al lector. El mal persiste…
No revelar la amenaza hasta que la narración esté avanzada. Dosificar la información, una norma básica de la intriga, donde todo debe de estar dispuesto para la sorpresa final.
Elegir bien el léxico. Utilizar adjetivos que refuercen la acción y acompañen la atmósfera que hemos creado.
La descripción tiene un papel importante en este género: personajes, situación, espacios, atmósfera.
El componente psicológico, capaz de transformar algo cotidiano en macabro, el placer en… pánico.